martes, 23 de febrero de 2010

Con todas las letras

Quizás porque estaba de vacaciones o un poco distraída, recién me encontré con esta Carta.

Carta abierta a los periodistas del Grupo Clarín

Buenos Aires, 19 de enero de 2010

A todos los periodistas del
Grupo Clarín
Presente

Estimados colegas:
Los que abajo firmamos somos periodistas y comunicadores de todo el país, algunos conocidos por el gran público, otros simplemente por los colegas y algunos completamente desconocidos, pero todos orgullosos de esta profesión que elegimos llenos de optimismo.
El motivo de esta carta es apelar a la reflexión y la conciencia de todos ustedes que, a sabiendas o no, colaboran con sus artículos, sus escritos, sus columnas y sus comentarios con la furiosa e irracional campaña de debilitamiento, desprestigio y derrocamiento de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, lanzada por el directorio del grupo y su CEO, el señor Héctor Magneto.
Sabemos, porque ha tomado estado público, que todos ustedes son sometidos diariamente a un proceso de adoctrinamiento y presiones, para que la actividad intelectual por la cual han sido contratados, sirva de manera exclusiva - cualquiera sea la sección o especialidad periodística en la que desarrollen su labor- a la finalidad arriba descripta. Para ello, denigran por todos los medios la acción de gobierno; calumnian, insultan y descalifican a la señora presidenta, al ex presidente Néstor Kirchner y a los funcionarios y políticos del oficialismo e, incluso, a cualquier simpatizante del mismo; ocultan de manera sistemática los aciertos, las obras de gobierno y las intervenciones presidenciales; generan un clima de zozobra, angustia y miedo en la sociedad; esconden los signos de recuperación económica, para generar desesperanza y crispación; agigantan y repiten hasta el cansancio las malas noticias, las desgracias, los crímenes y delitos, para dejar la sensación y el efecto de sentido de que todo ello es culpa del gobierno y la presidenta. Estas son, entre otras del mismo tenor, las tareas a las que están, suponemos, obligados a realizar. Como todos ustedes saben, todo lo aquí enumerado atenta tanto contra los principios éticos que rigen nuestra profesión, como contra los más elementales conceptos de lo que es el periodismo y la comunicación.
Creemos que, de una manera u otra, deben reaccionar frente a esto. ¿Pretenden ustedes pasar a la historia como los oficiales y soldados que, cumpliendo órdenes, lograron el desprestigio y la destitución de una presidente constitucional argentina, votada por el 45 % de la ciudadanía? ¿Están dispuestos a aceptar que sus hijos, el día de mañana, lean en los libros de historia que ustedes, sus padres, fueron la fuerza de choque, el grupo de tareas que pretendió llevarse puesta a una presidenta? ¿Con qué cara los mirarán cuando ellos pregunten, después de la escuela, qué hicieron cuando un grupo de millonarios monopólicos intentó con mentiras y manipulaciones destituir a un gobierno democrático y popular?
No tendrán posibilidad de recurrir a la Obediencia Debida y explicar a sus hijos que sólo seguían órdenes, porque este mismo gobierno contra el que sus patrones los lanzan, derogó esa falacia y mandó a prisión a quienes la argumentaron.
Sabemos que entre ustedes hay algunos –pocos- que han elegido un camino sin retorno, que les han hecho creer que eran ligeros para que corran, y hoy son verdaderos y conscientes oficiales del Estado Mayor golpista, antidemocrático y monopólico. Pero no todos son Nelson Castro, Marcelo Bonelli, Ricardo Kirchbaum o Morales Solá, cuyos siderales honorarios los convierten en sicarios, cómplices y gustosos de la infamia.
Entre ustedes hay muchos, la mayoría, que están avergonzados del papel que el odio y el revanchismo políticos les están haciendo jugar, a cambio de un sueldo, imprescindible –es cierto-, pero que no alcanza para comprar la dignidad y la honra, colegas periodistas.
Los abajo firmantes los instamos a rebelarse contra esta perversa maniobra. Protesten, resistan y, si es necesario, renuncien y denuncien a sus patrones destituyentes. Una profesión que tiene a Mariano Moreno como paradigma no puede ser mancillada por un plato de sopa.

Comisión Directiva de Faro de la Comunicación

Creo que la lectura del libro "Diario de Guerra. Clarín, el gran engaño argentino" del periodista Claudio Díaz, que renunció a Clarín cuando le pidieron que se retractara de una nota, es muy esclarecedora para alcanzar a comprender lo que mucha gente no sabe, ni siquiera sospecha, de los negocios del Grupo Clarín y de todo lo que día a día intentan meter en la cabeza de los argentinos a través del diario, los noticieros, el sitio web, y todos los propaladores de su discurso en las provincias. Porque muchos periodistas de las provincias son solo eso, propaladores, a veces inconscientes (porque no tienen siquiera marcos de referencia adecuados para analizar lo que repiten) y otras no tanto, del discurso clarinesco.
Leí esta carta, y el primer periodista que se me cruzó fue el holandés Van der Koy, el leproso amigo del ex canciller Rafael Bielsa. Recuerdo que hace bastante tiempo, bajo otros gobiernos, sus columnas llegaron a ser "faros" para mi, tamices a través de los cuales leía e interpretaba la realidad que me rodeaba. Era una palabra autorizada para mí, quizás porque entonces subestimaba el poder de los medios. Sobre todo su poder de manipulación y de convencimiento. Ahora, me siento libre.

Fuente: www.mensajewalsh.com.ar

lunes, 22 de febrero de 2010

Impecable editorial de Aliverti

El odio

Por Eduardo Aliverti

Sí, el tema de estas líneas es el odio. Planteado así, de manera tan seca y contundente, quizás y ante todo deba reconocerse que es más propio de cientistas sociales que de un simple periodista u opinólogo. Pero, precisamente porque uno es esto último, registra que su razonamiento respecto del clima político y social de la Argentina desemboca en algo que ya excede a la mera observación periodística.

Hay –es probable– una única cosa con la que muy difícilmente no nos pongamos todos de acuerdo, si se parte de una básica honestidad intelectual. Con cuantos méritos y deficiencias quieran reconocérsele e imputarle, desde 2003 el kirchnerismo reintrodujo el valor de la política, como ámbito en el que decidir la economía y como herramienta para poner en discusión los dogmas impuestos por el neoliberalismo. Ambos dispositivos habían desaparecido casi desde el mismo comienzo del menemismo, continuaron evaporados durante la gestión de la Alianza y, obviamente, el interregno del Padrino no estaba en actitud ni aptitud para alterarlos. Fueron trece años o más (si se toman los últimos del gobierno de Alfonsín, cuando quedó al arbitrio de las “fuerzas del mercado”) de un vaciamiento político portentoso. El país fue rematado bajo las leyes del Consenso de Washington y la rata, con una audacia que es menester admitirle, se limitó a aplicar el ordenamiento que, por cierto, estaba en línea con la corriente mundial. También de la mano con algunos aires de cambio en ese estándar, y así se concediera que no quedaba otra chance tras la devastación, la etapa arrancada hace siete años volvió a familiarizarnos con algunos de los significados que se creían prehistóricos: intervención del Estado en la economía a efectos de ciertas reparaciones sociales; apuesta al mercado interno como motor o batería de los negocios; reactivación industrial; firmeza en las relaciones con varios de los núcleos duros del establishment. Y a esa suma hay que agregar algo a lo cual, como adelanto de alguna hipótesis, parecería que debe dársele una relevancia enorme. Son las acciones y gestos en el escenario definido como estrictamente político, desde un lugar de recategorización simbólica: impulso de los juicios a los genocidas; transformación de la Corte Suprema; enfriamiento subrayado con la cúpula de la Iglesia Católica; Madres y Abuelas resaltadas como orgullo nacional y entrando a la Casa Rosada antes que los CEO de las multinacionales; militancia de los ’70 en posiciones de poder. En definitiva, y –para ampliar– aun cuando se otorgara que este bagaje provino de circunstancias de época, sobreactuaciones, conciencia culposa o cuanto quisiera argüirse para restarles cualidades a sus ejecutores, nadie, con sinceridad, puede refutar que se trató de un “reingreso” de la política. Las grandes patronales de la economía ya no eran lo único habilitado para decir y mandar. Hasta acá llegamos. Adelante de esta coincidencia que a derecha e izquierda podría presumirse generalizada, no hay ninguna otra. Se pudre todo. Pero se pudre de dos formas diferentes. Una que podría considerarse “natural”. Y otra que es el motivo de nuestros desvelos. O bien, de una ratificación que no quisiéramos encontrar.

La primera nace en el entendimiento de la política como un espacio de disputa de intereses y necesidades de clase y sector. Por lo tanto, es un terreno de conflicto permanente, que ondula entre la crispación y la tranquilidad relativa según sean el volumen y la calidad de los actores que forcejean. Este Gobierno, está claro, afectó algunos intereses muy importantes. Seguramente menos que los aspirables desde una perspectiva de izquierda clásica, pero eso no invalida lo anterior. Tres de esos enfrentamientos en particular, debido al tamaño de los bandos conmovidos, representan un quiebre fatal en el modo con que la clase dominante visualiza al oficialismo. Las retenciones agropecuarias, la reestatización del sistema jubilatorio y la ley de medios audiovisuales. Ese combo aunó la furia. Una mano en el bolsillo del “campo”; otra en uno de los negociados públicos más espeluznantes que sobrevivían de los ’90, y otra en el del grupo comunicacional más grande del país, con el bonus track de haberle quitado la televisación del fútbol. De vuelta: no vienen al caso las motivaciones que el kirchnerismo tenga o haya tenido y no por no ser apasionante y hasta necesario discutirlas, sino porque no son aquí el objeto de estudio. Es irrebatible que ese trío de medidas –y algunas acompañantes– desató sobre el Gobierno el ataque más fanático de que se tenga memoria. Hay que retroceder hasta el segundo mandato de Perón, o al de Illia, para encontrar –tal vez– algo semejante. Potenciados por el papel aplastante que adquirieron, los medios de comunicación son un vehículo primordial de esa ira. El firmante confiesa que sólo la obligación profesional lo mueve a continuar prestando atención puntillosa a la mayoría de los diarios, programas radiofónicos, noticieros televisivos. No es ya una cuestión de intolerancia ideológica sino de repugnancia, literalmente, por la impudicia con que se tergiversa la información, con que se inventa, con que se apela a cualquier recurso, con que se bastardea a la actividad periodística hasta el punto de sentir vergüenza ajena. Todo abonado, claro está, por el hecho de que uno pertenece a este ambiente hace ya muchos años, y entonces conoce los bueyes y no puede creer, no quiere creer, que caigan tan bajo colegas que hasta ayer nomás abrevaban en el ideario de la rigurosidad profesional. Ni siquiera hablamos de que eran progresistas. La semana pasada se pudo leer que los K son susceptibles de ser comparados con Galtieri. Se pudo escuchar que hay olor a 2001. Hay un límite, carajo, para seguir afirmando lo que el interés del medio requiere. Gente de renombre, además, que no se va a quedar sin trabajo. Gente –no toda, desde ya– de la que uno sabe que no piensa políticamente lo que está diciendo, a menos que haya mentido toda su vida.

Sin embargo, más allá de estas disquisiciones, todavía estamos en el campo de batalla “natural” de la lucha política; es decir, aquel en el que la profundidad o percepción de unas medidas gubernamentales, y del tono oficialista en general, dividieron las aguas con virulencia. Son colisiones con saña entre factores de poder, los grandes medios forman parte implícita de la oposición (como alternativamente ocurre en casi todo el mundo) y no habría de qué asombrarse ni temer. Pero las cosas se complican cuando nos salimos de la esfera de esos tanques chocadores, y pasamos a lo que el convencionalismo denomina “la gente” común. Y específicamente la clase media, no sólo de Buenos Aires, cuyas vastas porciones –junto con muchas populares del conurbano bonaerense– fueron las que el 28-J produjeron la derrota electoral del kirchnerismo. ¿Hay sincronía entre la situación económica de los sectores medios y su bronca ya pareciera que crónica? Por fuera de la escalada inflacionaria de las últimas semanas, tanto en el repaso del total de la gestión como de la coyuntura, los números dan a favor. En cotejo con lo que ocurría en 2003, cuando calculado en ingresos de bolsillo pasó a ser pobre el 50 por ciento del país, o con las marquesinas de esta temporada veraniega, en la que se batieron todos los records de movimiento turístico y consumo, suena inconcebible que el grueso de la clase media pueda decir que está peor o que le va decididamente mal. Pero eso sería lo que en buena medida expresaron las urnas, y lo que en forma monotemática señalan los medios.

Veamos las graduaciones con que se manifiesta ese disconformismo. Porque podría conferirse la licencia de que, justamente por ir mejor las cosas en lo económico, la “gente” se permite atender otros aspectos en los que el oficialismo queda muy mal parado, o apto para las acusaciones. Ya se sabe: autoritarismo, sospechas de corrupción, desprecio por el consenso, ausencia de vocación federalista, capitalismo de amigotes y tanto más por el estilo. Nada distinto, sin ir más lejos, a lo que recién sobre su final se le endilgó a Menem y su harén de mafiosos. ¿Qué habrá sucedido para que, de aquel tiempo a hoy, y a escalas tan similares de bonanza económica real o presunta, éstos sean el Gobierno montonero, la puta guerrillera, la grasa que se enchastra de maquillaje, los blogs rebosantes de felicidad por la carótida de Kirchner, los ladrones de Santa Cruz, la degenerada que usa carteras de 5 mil dólares, la instalación mediática de que no llegan al 2011, el olor al 2001, el uso del avión presidencial para viajes particulares? ¿Cómo es que la avispa de uno sirvió para que se cagaran todos de la risa y las cirugías de la otra son el símbolo de a qué se dedica esta yegua mientras el campo se nos muere? ¿Cómo es que cuando perpetraron el desfalco de la jubilación privada nos habíamos alineado con la modernidad, y cuando se volvió al Estado es para que estos chorros sigan comprándose El Calafate? Pero sobre todo, ¿cómo es que todo eso lo dice tanta gente a la que en plata le va mejor?

Uno sospecharía principalmente de los medios. De sus maniobras. De que es un escenario que montan. Pues no. Por mucho que haya de eso, de lo que en verdad sospecha es de que el odio generado en las clases altas, por la afectación de algunos de sus símbolos intocables, ha reinstalado entre la media el temor de que todo se vaya al diablo y pueda perder algunas de las parcelas pequebú que se le terminaron yendo irremediablemente ahí, al diablo, cada vez que gobernaron los tipos a los que les hace el coro.

Debería ser increíble, pero más de 50 años después parece que volvió el “Viva el Cáncer” con que los antepasados de estos miserables festejaron la muerte de Eva.

(Editorial de Marca de Radio del sábado 20 de febrero)
Fuente: Página/12, 22-02-2010

domingo, 21 de febrero de 2010

Un gran vivillo que te canta la verdad?

No estaba segura de que hubiera sido él, pero me puse a googlear, y si, fue él nomás. Fue Marcelo Moreno, el periodista de Clarín que interpreta las declaraciones que hizo Cristina sobre el papel de los medios en sus últimos discursos, quien en su momento le dijo a Nicolás Casullo por Radio Mitre, que a él los intelectuales le daban ganas de vomitar.
El propio Casullo lo comentó en una nota en Página/12, del 21 de junio de 2008. Decía lo siguiente: "Se asiste diariamente a la desmembración ideológica de lo democrático desde la absoluta irresponsabilidad de los dueños del mensaje, una suerte de aquelarre mediático disolvente de todo valor, y donde no existe propuesta alternativa ni referente ni el menor asombro ante cualquier cosa: estadio societal plausible de ser simbolizado con la pregunta con que Marcelo Bonelli inicia su entrevista con Elisa Carrió la semana pasada en A dos voces de TN: “¿Y doctora, el Gobierno sigue robando?”. O el comentario de un periodista de Radio Mitre a la tarde, Marcelo Moreno, que luego de una entrevista que me hace un programa, de escuchar mis reflexiones críticas al agro, y de cortar la comunicación, cerró el reportaje diciendo al aire: “cuando escucho a este tipo de intelectuales tengo ganas de vomitar”.
No podía ser otro entonces el que en sus últimas notas nos quiere hacer creer que Clarín nos dice "la verdad".
A confesión de parte, relevo de pruebas. Tiene mucha, pero muuuuuucha razón Sandra Russo, cuando dice que los medios, los grandes medios, y sus periodistas, están desactualizados con respeto a las Ciencias Sociales y que entienden la idea de "relato" como si fuera un cuento, y por eso se ofenden, "se ponen como locos", cuando se habla del relato de los medios y de como construyen la realidad. Tal vez lo que les molesta es que se muestre la cocina de esa fábrica de opinión en que se han convertido los grandes medios monopólicos, que se los blanquee desde fuera cuando ellos no están dispuestos a hacerlo, y eso es lo que creo ha intentado Cristina en sus últimos discursos, tratando de avivar giles.
La respuesta de Moreno, que intenta mostrar a una presidenta peleada con "La Verdad" (la de ellos),es sólo un botón de muestra de la bajísima altura intelectual y moral de las plumas del diario. Del holandés, que supo tener un nombre y un prestigio que hoy parece no importarle, ya ni vale la pena opinar, pero este tipo ¿quién es?!
Creo que a Marcelo Moreno le falta media biblioteca o solo usa la que le conviene. Sólo a los preformateados por TN les puede hacer creer esto de que un diario te dice la verdad. "La verdad"!. Cual verdad?, la tuya? o la mía?
Hay algo que existe en todas las profesiones, una serie de supuestos básicos con los cuales uno ejerce un oficio o profesión, en el periodismo uno de los supuestos básicos tiene que ver hoy con el reconocimiento de la imposibilidad de ser "independiente" u "objetivo". Hoy está claro que si sos un periodista serio, profesional, solo podés ofrecer rigurosidad, pero nunca objetividad o independencia.
Por eso sólo un periodista desactualizado o indiferente respecto de los supuestos básicos de su propia profesión, puede pretender que creamos, en pleno siglo XXI, que es posible que un diario nos diga la verdad. Tal pretensión es, como mínimo, deshonesta o inimputable.
Será un gran vivillo que escribe para giles o será un gil que cree lo que está diciendo? Quien tendrá la respuesta?

viernes, 19 de febrero de 2010

Escuchala, no dejes que te la cuenten

Durante el conflicto del campo, me dediqué a escuchar atentamente todos los discursos de Cristina, y después escuchaba las interpretaciones, por no decir las boludeces, que decían los pseudo-periodistas de TN, Canal 26, C5N, etc, y después leía las traducciones de su discurso en los diarios, los portales, etc. Y enseguida me daba cuenta de que me la querían vender cambiada, por eso les digo, a vos Ma, a todos los que lleguen a este blog, no dejes que te la cuenten, escuchala!, olvidate del tono soberbio que decís que te molesta en Cristina (porque te lo dicen todo el tiempo) pero no te molesta en Lilita Carrio, que en soberbia y egocentrismo le gana a cualquiera, olvidate de todo y escuchala. Escucha el contenido, no las formas. Vas a ver una Cristina diferente de la que te muestran al día siguiente cuando te dicen, en la tapa del diario que hubo una nueva embestida contra los medios.
Cuando escuché el discurso de hoy, durante el programa de Sandra Russo, pensé, que dirán mañana los diarios? Que se puede decir después de semejante pieza argumentativa?
Que razón tuvo Sandra Russo después cuando dijo que habían tenido una columnista de lujo. Qué más? los que están del otro lado se lo pierden, lo peor es que pueden perder mucho más, y no se dan cuenta, y en ese caso, perderemos todos.

http://www.casarosada.gov.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=6942&Itemid=1


lunes, 15 de febrero de 2010

Obvio que era mentira!. Terrorismo informativo por todos los medios

Siempre, en este tipo de casos, se trata de una fuente muy confiable, en la que uno debe confiar por que sí nomás, dado que nunca es citada. Resulta que entre el 25 y el 29 de enero, en plenas vacaciones, llegaron a mi casilla de correo varios reenvios de diversos remitentes que contenía una alarmante información, distribuida por un ingeniero de una empresa importante, que decía tener gran confianza en su fuente de información.
El mail anunciaba el segundo corralito bancario, nada más, ni nada menos. Varios de los reenviantes, expresaban sus dudas sobre la noticia, pero por las dudas, lo reenviaban igual. Una forma solidaria de contribuir al malestar general.
El mensaje decía, con claridad casi para niños, que “Una fuente muy confiable, me acaba de informar que para la semana entrante ó dentro de los próximos quince días…”, (esto lo escribo el 15/2, y ya pasaron 20 días, por lo que se trata de un producto vencido, no?) “…el gobierno planifica una de sus últimas jugadas…” (No puedo evitar hacer anotaciones al margen: supongo que lo de “últimas” se debe a que después se irían con toda la plata, como dicen muchos de los comentaristas cuasi profesionales de crítica, perfil, y esos que entran a El Argentino para crisparse mejor).“Bajo el nombre de 'Fondos Patrióticos', están ultimando los detalles para recrear un nuevo 'Corralito Bancario'…” (Cuando llegué a esa parte casi me salta la términa, no por la noticia, en la que jamás creería, sino por el insulto a mi inteligencia y la de muchos otros que no comemos vidrio. Traté de hacer memoria. El corralito ¿no fue una política de Cavallo y del gobierno de De la Rua?, de signo absolutamente contrario a la de estos tiempos?. Sigo con el mensaje “… Será como el anterior, pero con una modalidad especial: Se emitirán bonos de canje, que no valdrán ni la tinta con que los emitirá la Casa de la Moneda..." (Supongo entonces que serán bastante parecidos a los Boden 2008 con los que se nos devolvió el 13% que el mismo gobierno anteriormente citado nos había quitado). “…Están previendo un agujero fiscal de más de diez mil millones que no ingresarán como retención de exportaciones…”. (Esta si que no la tenía!, que previsión tan rara ante la posibilidad de una cosecha record, y record de superficie sembrada de soja), y sigue: “Es la contramedida que preparan para arremeter contra el inminente paro agropecuario. Tomalo como mejor te parezca, pero gracias a estos avisos algunos pudieron zafar del primer corralito! Y aconsejan sabiamente, “PASALO (EN CCO), NO ESTÁ DE MÁS.”
Entonces me puse a pensar y revisar los archivos de los diarios, para ver si el contexto actual permitía pensar que esta información, que a todas luces, y aún en la oscuridad, parecía un tremendo despropósito, tuviera algún sentido.
Y pensé que a diferencia de lo que pasaba en 2001, en que había déficit fiscal, ahora estamos con superavit fiscal, lo ha dicho el propio Redrado (y hay que creerle porque es de los buenos), quien hasta hace solo unas semanas cuidaba nuestras reservas. Pero además el superávit también es hoy comercial y de cuentas corrientes. Y los bancos en el 2009 han vuelto a recuperar el nivel de depósitos que perdieron después del golpe a la confianza de los ahorristas que fue el corralito de Cavallo, y quedaron en el segundo puesto entre los sectores de la economía en acumular ganancias, eso si, reciben más plata de la que prestan, según las últimas noticias económicas confiables que leí. Aclaro, porque no se lo escuché decir, por ejemplo, al confiable periodista que es una de la dos voces del canal del periodismo independiente, ese mismo al que a principios de 2009 se le escuchó decir que se caía estrepitosamente la actividad automotriz y resulta que al final del mismo se habían fabricado, vendido y exportado más autos que el año anterior. Tampoco se lo escuché decir a los que sostenían que el dólar podía llegar a 10 pesos ni a los que decían que después de junio de 2009 habría default, no. A esos periodistas no los escucho más, no me dan confianza, pero una nunca sabe…
Y me sigo preguntando. Si el circulante es de alrededor de 30.000 millones y hay reservas por 46.000 millones (lo ha dicho la Presidenta y Redrado no lo desmintió) y el Fondo del Bicentenario solo debía ocupar 6.000 millones de ellas, ¿dónde está el agujero? Está por venir!!!, según el anuncio del mail, a raíz de la no entrada por retenciones. ¿Sacarán alguna ley los muchachos del Grupo A para que esto pueda ocurrir? Porque de no ser así, va a ser muy difícil que eso ocurra. Para los sojeros este año será mejor que todos los anteriores, y es allí donde está el 35% de ingreso por retenciones que sostuvo la no aprobación de la 125, o no? Con la legislación vigente se calcula que el ingreso por exportaciones va a ser el mejor de los últimos años
Y vuelvo al 2001. En ese entonces se arrastraba una recesión de 4 años y se habían tomado medidas que al reducir el salario de grandes sectores reducían nuestra capacidad de consumo, lo que afecta a toda la cadena, pero además había un altísimo índice de desocupación y una pésima política de contención social, en la que trabajaba el hasta hace poco presidente de la UCR.
En el 2009 no hay recesión, al contrario, se acumulan casi 6 años de crecimiento continuo de los números gruesos de la economía, esos números que son los únicos importantes de los que hablan los economistas del establishment. Un ejemplo, el aumento del turismo en enero de este año que casi hace explotar de turistas a Mar del Plata y alrededores y los números de quienes volvieron a veranear en el exterior. Estos viajes llegaron a tener su nivel más alto de los últimos 10 años.
Como lo leí en una de las notas de uno de los periodistas que considero más serios de este país, si la mala praxis se aplicara a los economistas como se aplica a los médicos, nos libraríamos de tener que soportar por ejemplo a Broda hablando de la política económica actual, pero no, siguen ahí con la impunidad que los favorece y los medios que los promueven.
A todo esto, el pobre hombre que aparece firmando o dando credibilidad con sus datos a este mail, la está pasando mal según parece. En el siguiente link, deberán creerlo también, quienes han creído en la verosimilitud del mail en cadena, aparece una captura de la página de correo electrónico que un bloguero recibió de parte del supuesto Ingeniero, en la que el pobre tipo expresa las dificultades que le ha traído el hecho de que su nombre apareciera junto a una información de tamaño carácter. Parece que el tipo existe, pero no mandó el mail, sin embrago estaría pagando las consecuencias de la bromita. Algo parecido ya ocurrió con un mail de estos, uno que enviaba alguien que decía estar a punto de ser despedido de su trabajo y hacía una denuncia que ya ni recuerdo de que se trataba, lo que si recuerdo es que un bloguero se tomo el trabajo de investigar el DNI que aparecía en la firma y este no coincidía con el nombre ni con el sexo del firmante del mail. (http://www.surunga.com/post/off-topic/20371/el-nuevo-corralito:-desmiento-rumor.html)
Otra página, muy visitada, Taringa, muestra como el fenómeno es mucho más viejo y desestabilizador dado que comenzó, y esto seguro, seguro que es simple casualidad, allá por los prolegómenos del conflicto del campo. (http://www.taringa.net/comunidades/cristinapresidenta/128781/¿Cómo-se-construye-el-miedo-Cadena-de-mail-anunciando-un-.html)
Obvio, diría una política conocida que esta casi todos los días en la televisión, que esto es tan pero tan casual como el hecho de que el estallido inflacionario inundara góndolas y pantallas justo el mismo día en que Mercedes Marcó del Pont era anunciada como presidenta (ta, ta, ta, presidenta) del Banco Central. Y que estos mails reaparezcan justo con el affaire Redrado, no me van a decir que no es otra indudable y verosimil casualidad?! Si de casualidades estamos llenos!!!
Para que buscar causalidades?, esas hay que dejarlas para la ciencia, la ciencia exacta, por supuesto, siempre, no social, esa es pura teología, como llego a decir el mismísimo Ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao y como se lo escupió al inmortal Nicolás Casullo, un grisaceo periodista del Grupo que, como diría otro bloguero, “suena parecido a la corneta”, que tuvo la gentileza de expresar, después de cortarle el teléfono por la radio que se llama igual que el fundador del diario La Nación, que a él los intelectuales le daban asco. Intelectuales K, obvio, a Aguinis no se lo diría.
Escribo en clave algunos términos, y espero lo sepan disculpar, porque como dice la señora de los almuerzos, hay espías por todos lados y no sea cosa que a alguien se le ocurra hacerme un juicio por creerme periodista de la Revista Barcelona.
Y todo esto, ¿que tenía que ver con el asunto del mail? Nada!!!, o todo!!! Mejor, antes de derrapar, como decía ese gran filósofo argentino ya desaparecido (y que no reencarne en muuuuucho tiempo por favor!!!) ¿lo dejamos ahí?

domingo, 14 de febrero de 2010

Yacyretá y sus posibles secretos

No soy una especialista en estos temas relacionados con la energía pero resulta que hace bastante tiempo que vengo leyendo y escuchando acerca de que existen grietas o rajaduras en la represa. Uno se imagina que de ser cierto, y de tener ello consecuencias, serían más que lamentables para todos los pueblos y ciudades ribereñas que están Paraná abajo, entre ellas Corrientes, mi ciudad.
Hoy, un medio digital de la provincia publicó una nota al respecto. No tengo mucha confianza en los medios locales, ya hablaré más adelante en algún post de lo lamentable que es el periodismo por estos lugares, plagado de pseudo empresarios mediáticos, mercenarios, que pretenden hacer negocios extorsionando a los sucesivos gobiernos para obtener abultadas pautas publicitarias. Eso si, después negrean y explotan a los periodistas y productores.
Tampoco tengo un concepto tan elevado de los ambientalistas locales, a algunos no los conozco suficientemente, pero de los del sur de la provincia desconfío abiertamente, porque creo que más que defender el medio ambiente en aras del interés general, defienden sus intereses individuales. La idea de comunidad tampoco abunda mucho por aquí.
Se ha dicho de Yacyretá que es uno de los grandes monumentos a la corrupción, y si no me equivoco, la empresa de Macri anduvo por allí y a eso se debe el domicilio de Mauricio en Posadas. Aclaro que Ituzaingó, localidad correntina en la que se encuentra la represa, está equidistante tanto de Posadas como de la capital correntina, aunque en los medios capitalinos, muchas veces llamados "nacionales", aparece como ligada a Misiones más que a Corrientes.
Les paso el link para que cada uno juezgue la información.
La nota, aparecida en Corrientes Noticias, se titula "Ambientalistas mostraron las ´grietas` de Yacyretá en un video"

http://www.corrientesnoticias.com.ar/interior.php?nid=141858

sábado, 13 de febrero de 2010

Vergüenza de ser radical

Hace mucho tiempo que me sentía incómoda siendo radical, sobre todo teniendo que admitirlo. Sentí vergüenza del legado que dejó el gobierno delarruista, ni se me ocurrió votar por la fórmula Lavagna-Morales, en esa oportunidad voté a Solanas. Lo cierto es que siempre desconfié de la capacidad de Morales, hoy además lo repudio y considero que solo es posible que haya presidido el radicalismo a nivel nacional por la enorme decadencia de su dirigencia. Decadencia que no considero que sea solo de liderazgo sino también ideológica, puesto que en estos años han dado la espalda a políticas que en otros momentos habrían auspiciado o apoyado.
Pero lo peor de todo, lo que me ocasionó la vergüenza mayor, insoportable, al punto de dejar de considerarme radical, fue la posición adoptada en el conflicto por la 125 y después toda la vergonzosa campaña liderada por Silvana Giudici contra la Ley de Medios y a favor del grupo Clarín, a cuyos intereses también favoreció el radicalismo durante el llamado conflicto del "campo", al punto de abrir sus listas a sus representantes para que estos ahora vayan al Congreso a hacer la suya, la del partido del campo privilegiado.
Mi posición de alejamiento, mi falta de identificación con todo lo que salía de boca de los radicales más conspicuos a nivel nacional y de sus repetidores, me llevaron no solo a buscar fuentes alternativas de información sino a leer y releer sobre la historia del radicalismo, viéndola con otros ojos, en algunos aspectos sentí confirmada mi decepción y mi vergüenza y en otros, sentí que había un radicalismo que estaba dejando de existir. Los políticos con cuyos discursos me sentí más identificada en estos años pertenecen a dos ex radicales: Carlos Raimundi (Solidaridad e Igualdad) y Silvia Vázquez (FORJA). Hasta me sentí más identificada con los posicionamientos de la centro-izquierda, el socialismo y el kirchnerismo que con los argumentos de los radicales, y ni TN, ni Clarín, ni La Nación y todos los otros medios que se dicen independientes, jamás pudieron convencerme de que estaba asumiendo una posición equivocada. Han perdido toda influencia sobre mi pensamiento y mi visión de la realidad.
Hace tiempo que quería explicar los motivos de mi alejamiento del radicalismo, que pronto será desafiliación, pero no encontraba las palabras para expresar de manera ordenada y contundente mis argumentos, no porque no existieran los motivos, creo que sobran, pero no me salía. Y eso me daba mucha impotencia, porque si algo me gusta en la vida es escribir, y no solo escribir historia.
Hasta que esta mañana al hacer mi habitual recorrida por los medios por los que trato de mantenerme informada (que incluye a los blogs de crítica de medios y a la blogosfera peronauta y nac&pop, la Radicalosfera pobrísima, más vergüenza me da aún), y de poder formar mi propia visión de la realidad y no la que me quieren imponer los grandes medios. Y en esa recorrida me encontré, hoy 13 de febrero, con esta nota de Luis Bruschtein, en la sección análisis político de Página/12, donde se expresan de manera clara y ordenada una serie de calificativos acerca de las actitudes del radicalismo que son absolutamente congruentes con mis razones y mi vergüenza. Por eso me apropio de una parte de su nota, y resalto los argumentos más contundentes.

"...Los posicionamientos del radicalismo y el ARI les dejan muy poco espacio para intervenir al centroizquierda antikirchnerista. El socialismo tiene una alianza con la UCR en Santa Fe que está obligado a mantener si le quiere ganar a Reutemann. Por más que Binner afirme que no será de la partida de Julio Cleto Cobos, el destino del socialismo tiende a repetir el camino de la Alianza como aliado del ala conservadora del radicalismo. Una demostración será el voto socialista en el Senado, entre la propuesta de Pino Solanas o la posición más a la derecha del radicalismo que expresa las políticas ortodoxas del neoliberalismo con relación a las reservas del Central. La más clara en ese sentido es Elisa Carrió, que ya dijo que no irá tras la candidatura de Julio Cleto Cobos a quien critica por su origen oficialista, aunque en el recinto coincida con las posiciones de la UCR.
Por ahora, la gran bestia blanca de la oposición sigue siendo el vicepresidente del gobierno al que se opone. Cobos hizo su aparición de campaña esta semana en la reunión de la cúpula de la UCR, ayer en San Nicolás. Como es el vicepresidente de Cristina Kirchner, no puede hacer un discurso opositor en público, pero como además es el principal opositor necesita aparecer como referente de esa oposición. Ese lugar oportunista arrastra a la UCR a una liturgia de mentirillas y engañapichangas que no se compadece con el lugar de principal fuerza de oposición. Por lo pronto, el centenario partido pierde así legitimidad para levantar desde la oposición el estandarte inmaculado de la institucionalidad, porque el lugar de Cobos es el que más daño les está haciendo a las instituciones. Es un lugar equívoco y engañoso que manda al tacho de la basura cualquier discurso de defensa de las instituciones.

Después de votar a favor del despido de Martín Redrado del Banco Central, Cobos necesitaba estar presente en la reunión de San Nicolás para aplacar las críticas de sus correligionarios y reafirmar su precandidatura para el 2011. A pesar de su linaje, Ricardo Alfonsín reconoció que el lugar de Cobos no era bueno, pero que era peor si renunciaba. La UCR en pleno le está reclamando ahora al vicepresidente que vote otra vez en el Senado contra el gobierno del que forma parte y rechace el Fondo del Bicentenario. Sería interesante saber qué hubiera pensado Alfonsín padre si su vicepresidente hubiera votado contra sus proyectos. La UCR estimula así como partido la falsedad ideológica en la gestión de gobierno. Acepta que su candidato siga siendo vicepresidente del gobierno al que se opone. Pero además le pide que traicione el espíritu de la Constitución. Porque el privilegio que tiene el vicepresidente para desempatar en el Senado se estableció para darle una pequeña ventaja al delegado del Poder Ejecutivo y no al vicepresidente como persona. La persona Cobos puede renunciar si no está de acuerdo con el mandato del Ejecutivo, pero el vicepresidente Cobos debe representar al Ejecutivo en el Senado.

Cuando Chacho Alvarez renunció como vicepresidente de Fernando de la Rúa, se lo criticó porque no pasó a la oposición con su partido, el Frente Grande. Pero nadie le pidió que se quedara para hacer oposición desde dentro. A nadie se le ocurrió hacer ese planteo porque a todos les hubiera parecido oportunista y desleal que lo hiciera. En este sentido, un peronista como Alvarez fue más respetuoso de las instituciones que lo que está siendo ahora el partido radical. Los viejos radicales protestaban siempre por el salvajismo del peronismo cuando estaba en el llano y muchos recordaban los paros de la CGT contra Alfonsín. Sin embargo, desde el retorno a la democracia hasta ahora, no ha habido una oposición política más desaforada y de vale todo como la que ha hecho el radicalismo en los últimos años, durante los cuales se opuso a todo lo que propuso el oficialismo, incluyendo muchos puntos que habían sido planteados con anterioridad por ellos mismos.

La desazón de muchos antikirchneristas por la pobreza de este escenario tiene alguna explicación o algo que se le parezca. Por lo pronto, es poco lo que puede aportar una oposición que se ajusta a la agenda de los grandes medios, porque los grandes medios obedecen, como corporación, a sus propios intereses. Intervienen en el juego político desde un lugar mucho menos legítimo que el de los políticos. Cuando los políticos subordinan su propia agenda de debate a otra que se maneja con reglas de juego diferentes, dejan de enriquecer a la política. El exabrupto y la puteada o la engañapichanga y las escondidas no son herramientas enriquecedoras aunque los grandes medios las consientan ahora y las estimulen porque les convienen". Hasta aquí la nota de Bruschtein. Gracias Bruschtein!

Clarísimo a mi criterio, por qué hoy, un radical puede y/o debe sentir legítima vergüenza.

Pienso en mi abuelo, que se fue cuando yo tenía solo 9 años, pienso en un abuelo que era radical siendo ferroviario, pero con un hermano más chico, peronista. Pienso en mi abuela que ya no está, profundamente antiperonista, principal promotora del clima en el cual crecí, obviamente, y que probablemente tuvo mucho que ver en mi afiliación a la UCR.

Pienso que es legítimo cambiar de posición cuando uno no se siente cómodo, no se siente representado, y además, cuando con ello no se hace daño a nadie. No se si siempre estuve equivocada, pero estoy convencida de que hoy, como viene la mano, estar en el radicalismo es estar en el espacio equivocado. No quiero ser parte del enemigo del que habló el diputado socialista Jorge Rivas, creo que en el futuro no me lo perdonaría.