miércoles, 3 de marzo de 2010

Los radicales avanzan lentamente hacia el descrédito total

Hay días en que me levanto, leo los diarios, y quiero volver a acostarme porque la "realidad" (realidad virtual como la llamó Cristina) me abruma, me desespera, afecta mi sensibilidad y ofende mi intelecto. Por suerte, encontré un pequeño lugar en la blogósfera, donde aprendo día a día, y a veces me crispo por algunos comentarios, como me pasó ayer en el Blog de Sentis.
Cada día que pasa me animo más a responder ante comentarios del tipo clarinescos, ya no me quedo callada como antes (en eso sigo el consejo de Sandra Russo), sobre todo con mi familia, que en la última mesa del domingo hizo silencio absoluto ante algunos de mis argumentos. Es que están desinformados por el monopolio. A pesar de que yo me tomo el trabajo de sembrar dudas diariamente via mail reenviando información, con cita de fuentes por supuesto, que encuentro en la blogosfera. El problema principal es que mi casa paterna es uno de esos lugares en los que el canillita pasa casi todos los días a dejar la basura. Y los sábados también deja "Noticias".
Pero esta última semana tuve un momento de satisfacción. Una amiga, sólo una pero para mi es como un montón, me dijo que le había abierto los ojos con relación a los medios, y otra persona cercana me preguntó donde leo o escucho "esas cosas" que digo. Y le pasé los link de DsD y de los blogs que sigo.
Son esas pequeñas cosas que hacen que una, entre tanta mala onda, tenga un poquito de esperanza al ver que la gente está pensando, no todos, sólo algunos. Pero así son todos los comienzos.
Este blog comenzó con una descarga, con la admisión de la vergüenza que me daba decir que era radical (Vergüenza de ser radical, post del 13 de febrero). Y eso lo reafirmo día a día. A ello contribuyen con notable eficiencia las diarias actuaciones de tipos como Morales, Aguad, Sanz, Cobito, la Carrió, etc., y los medios de desinformación.
Por eso, cada vez que encuentro o leo algo que reafirma mi posición frente al partido al que alguna vez me afilié, trato de compartirlo.
Esta vez me pareció muy interesante lo que plantea Gerardo Fernández, de Tirando al Medio, en este post.

La parlamentarización es un boomerang que causará desastres

El sistema presidencialista como el que rige en nuestro país tiene determinadas exigencias no debidamente escritas que son esenciales para garantizar gobernabilidad como, por ejemplo, el control por parte del oficialismo de determinadas comisiones en ambas cámaras legislativas que son consideradas esenciales para la gestión.

En los sistemas parlamentaristas la diferencia sustancial es que para garantizar gobierno hay que construir una mayoría, entonces esa mayoría es la que garantiza el poder suficiente al gobierno que sostiene y cuando ese bloque se rompe y esa mayoría deja de ser tal, cae el gobierno y cuando surja un nuevo bloque con la mitad más uno de los representantes nace un nuevo gobierno.

En los sistemas presidencialistas como el nuestro las elecciones de mitad de mandato en muchos casos habían generado desbalances perjudiciales a los oficialismos de turno que generalmente fueron subsanados con acuerdos políticos tendientes a que la fuerza que ocupaba la presidencia de la nación contara con instrumentos básicos para gobernar.

Esta parlamentarización que estamos viendo en estos días, donde fuerzas disímiles entre sí, que hasta compitieron en listas separadas, se suman unas a otras para dejar al oficialismo en minoría en la mayoría de las comisiones tanto en diputados como en senadores, está transformándose desde ya en el precedente más nefasto que tendrá un gobierno de alguna de estas fuerzas en 2011, en una suerte boomerang que impactará de lleno más temprano que tarde en el primer gobierno que no cuente con una sólida mayoría parlamentaria.

Si el radicalismo ganara las próximas elecciones presidenciales (entre las fuerzas opositoras es hoy la que mayores chances tiene de logralo) tendría un Congreso con una distribución igual o peor que la que hoy tiene el kirchnerismo. La cuenta es simple. Tendría que realizar una elección igual a la de Cristina en 2007, repitiendo incluso la ventaja de más de 20 puntos que obtuvo sobre la segunda fuerza, para llegar a tener un bloque de alrededor de 90 diputados, que es la suma de lo obtenido por el FPV en 2007 y 2009.

¿Es factible que el radicalismo obtenga una diferencia tan holgada sobre el peronismo como la que Cristina le sacó a Carrió?

Así las cosas, lo más probable es que el escenario de 2011 nos presente a un Poder Ejecutivo sin mayoría en ambas cámaras y teniendo a lo sumo como primera minoría bloques en diputados y senadores de un tamaño similar a los que hoy tiene el Frente para la Victoria. Esto obligará desde el inicio al radicalismo a negociar cada uno de los espacios generando en los hechos la posibilidad de una suerte de gobierno con bastantes elementos de coalición, algo que no está para nada mal en un diseño teórico o en realidades políticas con otras características que las nuestras, pero cuando bajamos a la realidad es probable que las cosas se compliquen. A juzgar por cómo están las cosas al interior del espectro opositor no pareciera sencillo aventurar concordancias y consensos que duren mucho más que un puñado de meses entre actores como Julio Cobos, Elisa Carrió, Mauricio Macri y peronismos provinciales como el de los hermanos Rodríguez Saa, el de Reutemann, el del salteño Romero o el mismísimo Mario das Neves. Si efectivamente les cuesta horrores consensuar en la comodidad de una postura de oposición cerril, es por lo menos preocupante imaginar cómo harán para coexistir pacíficamente en el mismo barco cuando lleguen las primeras tormentas que siempre esperan a la vuelta de la esquina a todo gobierno recién asumido.

La parlamentarización que tan alegremente auspician la UCR y fuerzas afines por estos días con el claro fin de obstaculizar la acción de gobierno seguramente será la fuente de todos los males que los acechan cuando ocupen la Casa Rosada.

No son estas palabras una amenaza, simplemente son el resultado desolador de un análisis político que está al alcance de cualquier persona que se ponga a pensar en la perspectiva política que tiene por delante nuestro país.

Creo honestamente que esta ruptura de códigos que se ha consumado, que esta disposición de avasallar a la primera minoría sumando pequeños bloques y monobloques tendrá consecuencias devastadoras para futuros gobiernos que no cuenten con mayorías parlamentarias holgadas.

Dice un aviso de tránsito “Si se puede evitar no es accidente”. Lamentablemente todo indica que a partir de lo que se decida hoy en el Senado el país político queda como un vehículo lanzado a gran velocidad sin ningún tipo de control con la consecuencia grave de que adentro vamos todos.

Clarito no?

Fuente: http://tirandoalmedio.blogspot.com/2010/03/la-parlamentarizacion-es-un-boomerang.html

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